Descripción
El Valle Encantado del Caribe es un lugar de interés turístico ubicado en la provincia de La Vega, República Dominicana. Se encuentra en el Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier, en la zona de Valle Nuevo, a una altitud de aproximadamente 2,200 metros sobre el nivel del mar. El valle es conocido por su belleza natural y su clima fresco, que lo convierten en un destino popular para los amantes de la naturaleza y el ecoturismo.
Algunas zonas de Valle Nuevo a menudo se cubren de una espesa niebla que desaparece de forma tan repentina como aparece. Ese fenómeno, unido a lo frondoso de la vegetación, impregnan el valle de un aire misterioso, fantasmagórico en ocasiones, que suele motivar la imaginación popular durante las frías veladas nocturnas alrededor de los fogones de las cocinas, en los humildes bohíos de Constanza. Esa imaginación popular con el tiempo hilvanó una fantástica historia que pasó de generación en generación, y que fue documentada por primera vez en abril de 1930 en un artículo que el doctor Juan B. Pérez dedicó a la Sociedad Dominicana de Geografía e Historia de Santo Domingo y a la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de Santiago. Posteriormente otros autores escribieron sobre ella, con variaciones significativas.
Según la leyenda popular el Valle Encantado se encuentra en una remota región de Valle Nuevo que se caracteriza por un gran silencio y una densa y permanente neblina. Indica que ningún montero ha logrado llegar a él, aunque muchos aseguran que en sus recorridos por la zona en busca de puercos cimarrones han visto el valle a lo lejos y han escuchado el canto de los gallos y el ruido de pilones que majan café. La leyenda dice que el lugar estuvo habitado por un señor procedente de La Vega, o de Santiago, que se refugió allí con dos esclavos y una fortuna que transportó a lomo de mulos y enterró a los pies de un árbol que sembró al efecto. Al morir él y uno de los esclavos, el otro abandonó el lugar y logró llegar a un paraje habitado, pero no pudo explicar nunca cómo se llegaba al valle por lo que la fortuna quedó enterrada al pie del árbol que servía de señuelo.
La leyenda es rica en detalles: que en la travesía se rompió una paila y por eso se conoce con el nombre de La Paila a la loma donde se rompió; y que en ocasiones se ha visto merodear en una loma uno de los mulos en cuyo lomo se cargó el tesoro, pero cuando alguien quiere atraparlo el mulo rusillo vuelve al valle veloz como un rayo y por eso a la misma se le conoce como la loma Del Mulo. Además la cantidad de amos y esclavos varía: una versión dice que eran dos señores sin esclavos, que uno de ellos murió y que el otro salió del valle y no encontró el camino de regreso; otra señala que el amo era un caballero español que tenía siete esclavos; una tercera versión indica que el tesoro nunca se recuperó porque el esclavo que salió del valle pasó muchos años en Cenobí, donde sufrió una parálisis que le impidió regresar; una cuarta variante cuenta que el amo era un cacique indígena que se recluyó en el valle con parte de su tribu y sus riquezas, luego de una derrota a mano de los españoles. La versión más moderna y fabulosa indica que el valle tiene una ventana dimensional a través de la cual, en determinada época del año, se accede a tiempos de vidas paralelas.
Algunos monteros de Constanza que conocen bien la zona, como Ramón Valdez y los hermanos Tocayo, Turco y Ángel López, aseguran que el Valle Encantando no es otro que sabana Sin Provecho, que se encuentra hacia el Noreste de la loma Alto Bandera.
Según el diccionario Larousse, una leyenda es un relato en el cual la tradición desfigura la historia. Desfigurada o no, la pintoresca leyenda del Valle Encantado conserva vigencia en pleno siglo XXI y todavía motiva la organización de variadas expediciones en busca de lo ignoto. Pero es conveniente advertir a los espíritus aventureros que decidan localizar el valle que deben hacerse acompañar de un guía o montero que conozca bien esa extensa zona, ya que la orografía es bastante accidentada y la posibilidad de perderse es alta.
Otras versiones de las leyendas del Valle Encantado detallamos a continuación:
Miguel Abreu (fallecido) escalador y rescatista del Pico Duarte, respeta al Valle Encantado. A pesar de haber superado muchas pruebas en su condición de montañista no pierde la oportunidad para advertir a quienes quieran luchar contra los misterios de la naturaleza. Abreu asegura que la gente cree que la ‘cuarta puerta dimensional del mundo’ está en la zona de Valle Nuevo.
“Cuenta la leyenda que han desaparecido personas, que cruzaron la puerta dimensional y no volvieron. También la gente dice que otros fueron buscando una fortuna que dejó una persona que a lomo de bestia la llevó allá, como Oscar Blanco Fombona que se perdió buscando el tesoro que dejaron allá”, asegura Abreu.
Desde pequeño el rescatista escuchaba historias de monteros que llegaron a desparecer. También de que se perdían puercos cimarrones que los campesinos perseguían y de repente se desvanecían.
“No está demostrado científicamente que este allí, pero desde que llegas sientes una sensación extraña, se puede oír gente hablando y cuando miras no hay nadie. He ido con personas que se han puestos pálidas y con convulsiones, eso quiere decir que el valle tiene sus misterios y yo lo creo.”, afirma Abreu.
El miedo y la fascinación por el lugar han estado presentes en los lugareños. Abreu explica que el primer cónsul inglés acreditado en el país llegó por Haití tratando de buscar quien lo llevara al valle, pero que no encontró a nadie debido a que todo el tiempo la gente ha tenido miedo de dirigirse allá por temor a desaparecer para siempre.
Una leyenda, muchas historias:
Todas esas leyendas se tejen desde la época de la colonización. Con tono firme, Abreu narra un suceso que sustenta su argumento. Afirma que en 1535, el español Don Pedro de Lumbrera hizo intentos de ir al valle y le contó a González de Oviedo, cronista de Indias, que los aborígenes que iban con él no se atrevieron a entrar porque escuchaban un estruendo (como si hubiera una cascada) cuando lo que había allá era un arroyuelo.
Cuenta otra fábula que el Valle Encantado estuvo habitado por un señor, que se refugió en ese paraje con dos esclavos y su fortuna que enterró a los pies de un árbol. Al morir el amo y uno de sus esclavos, el otro trató de regresar a un paraje habitado, sin poder explicar de dónde venía, por lo que la fortuna quedó enterrada al pie del árbol que servía de señuelo. Otra variante enfatiza que fue un cacique indígena quien se recluyó en el lugar con algunos miembros de su tribu y sus riquezas.
Tras la Pista del Misterio:
Existe otra versión, publicada en el periódico Última Hora por Tony Raful en el artículo “Analizando el mito del valle encantado”, que concuerda con la opinión de Abreu y que asegura que en el lugar existe una ventana dimensional por donde, se puede penetrar a tiempos paralelos de la vida.
“Lo de la puerta debe ser un día 11, a las 11 de la mañana. Un amigo me llamó, porque ha ido conmigo, pero no en la fecha y me dijo que el día 11 de noviembre vamos para allá, ese señor es muy creyente, yo espero que nos vaya bien”, dice Abreu.
Un artículo de Listín Diario afirma que durante la Semana Santa del 2002, se extraviaron en “13 excursionistas que trataban de explorar el lugar, después de varios días sin conocer su paradero, finalmente fueron ubicados por una patrulla del Regimiento de Montaña, General Gregorio Peña y rescatados 21 días después por miembros de la fuerzas Armadas y del Comando Sur de los Estados Unidos, para lo que tuvieron que emplear un helicóptero Omaha-Black Hawk”.
El 24 de Junio del año 2002, Franklin Domínguez de la Fundación Conservacionista Cubituarios (Fundarios), escribió el artículo “Valle Nuevo: frontera sin límite” donde narraba que Fundarios “ha estado desarrollando una labor investigativa seria y analítica, en la misma puerta, en el corazón del ‘Valle Encantado’ y hemos sentido las energías, las vibraciones extrasensoriales, voces telepáticas y la tracción magnética que atrapa y transporta a otras dimensiones”.
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