— Por Mario Antonio Lara Valdez
Solamente tenemos que caminar en la zona fronteriza, rural, urbana hasta llegar a la realidad palpable en hospitales y escuelas para darnos cuenta de la rápida absorción de la migración haitiana aunque hasta ahora no hemos encontrado problemáticas en la convivencia, pero ya solo falta ciertos puntos como son documentación y aceptación cultural para resolver esta angustia que tienen organismos internacionales con Haití.
La realidad social, económica y política de la isla que tiene dos países totalmente distintos en su cultura, pero además enfrentados históricamente pudiéramos pensar que sería difícil lograr resolver esta situación actual haitiana en suelo dominicano, pues la respuesta es sencilla, se puede lograr.
Los organismos internacionales tienen interrogantes con Haití ya que es un barril sin fondo y sin ningún beneficio económico ni geopolítico, pero representa una problemática humanitaria porque va caminando a su autodestrucción o tendríamos que hacer realidad aquella frase de que la isla es una sola.
La República Dominicana representa estabilidad económica, social, política pero sobre todo conserva elementos diferenciadores en su identidad representado en la música, gastronomía, idioma, religión, en fin… esas características propia de cada país como así podemos observar en Haití, pero en una realidad muy distinta con indicadores en negativo.
Porque decimos que República Dominicana está contribuyendo en ser parte de la solución del problema haitiano?, es porque las condiciones están más favorables ya que ciertos obstáculos que enfrentaban presiones de organismos y potencias no están presentes, así como estos organismos internacionales no están dispuestos a invertir recursos económicos ni asistencia técnica en Haití.
La realidad actual en la tierra de la espada de Gregorio Luperon y del merengue pero con una clase política, empresarial y social que esta perdiendo ese sentido de arraigo y valores simbolizado en cada párrafo de su himno nacional, así como también se muestra en la bandera dominicana.
Las condiciones están más favorables para lograr ir poco a poco traspasando población haitiana así como sus diferentes generaciones integrándose ambas costumbres pero en suelo dominicano algo que ya es muy palpable.
Esta juventud dominicana actual esta muy lejos de asumir defensa de la soberanía y sus intereses representados en diferentes formas , porque observarmos ausencia de políticas públicas dirigidas a lograr sensibilizar y mantener en nuestra niñez, adolescentes y jóvenes la historia dominicana, así como también reafirmar nuestra cultura, pero nos encontramos con una clase política indiferente a lo que será nuestro futuro como dominicanos .