En su segundo discurso de toma de posesión, el presidente Luis Abinader destacó los logros alcanzados durante su primer mandato y presentó su visión para los próximos cuatro años. Resaltó la estabilidad económica del país, afirmando que la República Dominicana ha mantenido un crecimiento constante y una inflación controlada, situándose como una de las economías más estables de la región. Abinader celebró el crecimiento del turismo, señalando que el país superará los 11 millones de visitantes en 2024, lo que lo consolida como un destino líder en América Latina. Además, destacó la expansión de la infraestructura con la construcción de nuevos puertos y aeropuertos, y la mejora de las instalaciones logísticas.
En el ámbito de la salud, Abinader mencionó la expansión de servicios sanitarios, con la construcción y renovación de hospitales y centros de atención primaria. También anunció futuras iniciativas, como la creación de nuevos hospitales especializados y programas para mejorar el acceso a medicamentos esenciales para la población mayor de 45 años.
En términos de educación y seguridad, Abinader reafirmó su compromiso con la mejora de la calidad educativa y la capacitación de las fuerzas policiales. Además, subrayó la importancia de las reformas constitucionales que limitarían los mandatos presidenciales a dos períodos consecutivos, (con lo cual nunca he estado muy de acuerdo, ya luego les explicó) con el objetivo de fortalecer el sistema democrático del país.
El discurso de toma de posesión de Luis Abinader en 2020 tuvo un enfoque diferente al de 2024, debido al contexto global y nacional en el que asumió el poder. En 2020, el país enfrentaba una crisis sin precedentes debido a la pandemia de COVID-19. Abinader centró su discurso en la recuperación económica y social, presentando un plan de medidas de emergencia para enfrentar los desafíos inmediatos. Este plan incluía apoyo a los sectores más afectados, reformas fiscales y un enfoque en la salud pública para contener la crisis sanitaria.
En contraste, el discurso de 2024 refleja un contexto de mayor estabilidad y crecimiento. En lugar de un enfoque de emergencia, Abinader se centró en consolidar y expandir los logros de su primer mandato. Mientras que en 2020 se hablaba de reconstrucción y medidas inmediatas, en 2024 el discurso gira en torno a la continuidad de políticas exitosas, el fortalecimiento de la infraestructura y la implementación de reformas estructurales y constitucionales.
El tono de los discursos también varía significativamente. El de 2020 estaba impregnado de urgencia y resolución ante una crisis, mientras que el de 2024 es más optimista y proyecta un futuro de crecimiento y estabilidad. En términos de reformas, el primer mandato se enfocó en medidas para mitigar los efectos de la pandemia, mientras que el segundo mandato se orienta hacia reformas a largo plazo, buscando mejorar la calidad de vida y fortalecer la institucionalidad democrática.
Enriendo que la transición de un enfoque de emergencia a uno de estabilidad y crecimiento es una señal positiva para la República Dominicana. Abinader parece estar aprovechando los logros de su primer mandato para construir un futuro más sólido y estable. Su compromiso con la transparencia, la educación, la salud, y la infraestructura demuestra una visión integral del desarrollo del país. Además, la propuesta de reformas constitucionales para limitar los mandatos presidenciales refuerza su compromiso con la democracia, lo cual es crucial para el fortalecimiento institucional y la estabilidad a largo plazo.
Esta evolución es indicativa de un liderazgo que se adapta a las necesidades del país en diferentes momentos y busca no solo resolver problemas inmediatos, sino también establecer las bases para un desarrollo sostenible en el futuro.
Ahora impera la esperanza de subir de nivel y que la República Dominicana, mi país, por fin se pueda convertir en un país desarrollado.
¡Que viva la República Dominicana!
