En la República Dominicana, las iglesias y organizaciones religiosas han estado exentas de impuestos durante décadas, amparadas en acuerdos históricos y principios de servicio comunitario y espiritual. Sin embargo, en el contexto actual, se vuelve cada vez más urgente discutir si estas instituciones deben contribuir al sistema impositivo del país. ¿Es justo que entidades que manejan considerables activos y generan ingresos por diversas actividades estén exentas de tributos mientras otras organizaciones similares sí pagan impuestos?
El artículo 244 de la Constitución Dominicana establece la neutralidad del Estado frente a las religiones, lo que refuerza la idea de que ninguna entidad debe tener privilegios exclusivos en detrimento del bien común. En este sentido, se ha planteado que las iglesias, al igual que cualquier otra organización con fines económicos, deberían estar sujetas a la Ley No. 11-92 del Código Tributario, que establece los lineamientos de contribución fiscal.
Las iglesias, aunque principalmente enfocadas en el bienestar espiritual, muchas veces manejan grandes cantidades de dinero a través de donaciones, actividades comerciales y la acumulación de bienes inmuebles. Este escenario plantea la necesidad de repensar su exoneración de impuestos y considerar su contribución al desarrollo del país. Para asegurar que este cambio no interfiera con sus fines religiosos, se podría desarrollar un reglamento de aplicación que establezca normas claras sobre qué actividades estarían sujetas a impuestos y cuáles quedarían exentas.
A este debate se suma la necesidad de que las iglesias se adhieran a la Ley No. 155-17 contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo. Aunque la mayoría de las iglesias opera de buena fe, es necesario que sus finanzas sean transparentes y fiscalizadas para evitar que sean utilizadas para fines ilícitos. La implementación de controles más estrictos, como auditorías y reportes financieros regulares, garantizaría que estas instituciones funcionen con total transparencia y contribuyan de manera equitativa a la sociedad.
Preguntas para la reflexión ciudadana:
- ¿Crees que las iglesias, como cualquier otra institución con ingresos económicos, deberían pagar impuestos en República Dominicana?
- ¿Cómo podría garantizarse que el cobro de impuestos a las iglesias no afecte su labor espiritual, sino que se enfoque únicamente en sus actividades económicas?
- ¿Consideras importante que las iglesias sean sometidas a la Ley de Lavado de Activos para asegurar la transparencia en el manejo de sus recursos?
Este es un debate que afecta a todos los ciudadanos y merece una profunda reflexión. La posibilidad de que las iglesias contribuyan fiscalmente al desarrollo del país, manteniendo sus principios religiosos intactos, podría ser un paso hacia la equidad y la justicia tributaria.
La pregunta: ¿En que lo están invirtiendo?