Por Lariza Aybar
Cada 5 de diciembre celebramos el día internacional del voluntariado, como una oportunidad para celebrar y agradecer a las personas de todo el mundo que dedican su valioso tiempo y esfuerzos al servicio voluntario.
Tenemos que seguir educando a la sociedad para que sepa que es ser voluntario de cualquier causa social que sea de beneficio colectivo, seguir predicando con el ejemplo del bien ser y del bien hacer.
El voluntario es aquella persona que se integra de una forma libre y sin coacción en una organización sin ánimo de lucro para, de modo altruista, ayudar en diversas actividades sociales respetando y potenciando la libertad, los valores y las capacidades de las personas asistidas.
¡Cuando te das a los demás recibes en abundancia!
Según recientes estudios científicos, el trabajo voluntario mejora nuestra salud física y mental, baja la tasa de mortalidad, disminuye el riesgo de depresión y otras enfermedades mentales, mejora los niveles de colesterol y la salud cardiovascular, entre otros.
El voluntariado no solo nos hace más felices, sino que también puede mejorar nuestra salud mental con el tiempo. Uno de los beneficios del voluntariado es la sensación de conexión social que proporciona. Al ayudar a una sola persona, contribuyes a mejorar toda tu comunidad.
El voluntariado es la fuerza que impulsa el desarrollo y la participación social, en el que las personas ofrecen su tiempo, experiencia, conocimiento, competencias y trabajo para el beneficio de su comunidad sin ninguna ganancia económica.
“¡Gracias por esa ardua labor que realizan con tanta entrega y dedicación, que Dios rico en misericordia nos bendiga a todos!”
*Imágenes de archivo
