El término «narcisismo» proviene del mito griego de Narciso, un joven que se enamoró de su propio reflejo en el agua y murió de obsesión. Sin embargo, como concepto psicológico, fue introducido por Sigmund Freud a principios del siglo XX, describiéndolo como una fijación excesiva en uno mismo.
Hoy, la psicología lo reconoce como un trastorno de personalidad (NPD, por sus siglas en inglés), vinculado a una autoestima frágil disfrazada de grandiosidad. Estudios sugieren que su origen puede estar en infancias con excesiva admiración o, por el contrario, negligencia emocional, creando una máscara de superioridad para ocultar inseguridades profundas.
El narcisista suele dañar a sus parejas y seres cercanos mediante mentiras, engaños y relaciones simultáneas, todo para alimentar su ego. Necesita admiración constante, pero es incapaz de sentir empatía por el dolor que causa. Detrás de su máscara de seguridad, hay un vacío emocional que intenta llenar con validación externa.
Curiosidades del perfil narcisista:
- Relaciones múltiples: Mantiene varios vínculos a la vez, pero ninguno genuino.
- Falsa imagen: Proyecta valores que no tiene; en el fondo, ni siquiera se valora a sí mismo.
- Autodestrucción: Sus mentiras y manipulaciones terminan escapándose de su control.
¿Por qué actúa así?
El narcisista no ama, solo usa. Su carencia emocional lo lleva a buscar poder sobre otros. Si reconoces estas señales, aléjate: evita futuros sufrimientos y protege tu bienestar.