¿Te sientes constantemente agotado, irritable o con dificultad para concentrarte? Podrías estar experimentando un exceso de cortisol, la hormona del estrés. Cuando el cuerpo está en un estado prolongado de tensión, este mecanismo natural se convierte en un problema crónico, afectando tu salud física y mental.
Perfil del cortisol alto (TDA – Tensión por Desgaste Adaptativo)
El cortisol en niveles equilibrados es esencial: nos mantiene alerta y nos ayuda a reaccionar ante desafíos. Pero cuando el estrés es constante, el cuerpo no se recupera, llevando a un agotamiento adrenal que puede manifestarse con:
Síntomas físicos:
- Fatiga crónica (aunque duermas)
- Dolores de cabeza o musculares
- Aumento de peso (especialmente en el abdomen)
- Problemas digestivos
Síntomas emocionales y cognitivos:
- Ansiedad o irritabilidad constante
- Dificultad para concentrarse (como niebla mental)
- Insomnio o sueño interrumpido
- Cambios de humor repentinos
Cómo desintoxicar el cortisol y recuperar el equilibrio
- Prioriza el descanso: Dormir 7-8 horas y tomar pausas durante el día.
- Movimiento consciente: Caminar, yoga o ejercicios suaves ayudan a regular el estrés.
- Alimentación antiinflamatoria: Reduce el azúcar, cafeína y procesados; aumenta magnesio (hojas verdes, frutos secos) y omega-3 (salmón, aguacate).
- Técnicas de relajación: Respiración profunda, meditación o incluso 10 minutos al aire libre.
Tu salud no puedes esperar. El estrés crónico no es «normal» ni un signo de productividad. Si te identificas con estos síntomas, es hora de escuchar a tu cuerpo. Pequeños cambios hoy previenen enfermedades mañana.