Por Luis Medrano | Letal
El nuevo concepto de comunicar, orientar e inducir a una sociedad hacia una convivencia positiva, civilizada y en paz familiar, ha generado un huracán de irrespeto y violencia en nombre de la supervivencia personal, cueste lo que cueste.
Un individualismo extremo en una selva de bestias, que por unos pesos más están dispuestos a convertirse en sicarios, persiguiendo la cabeza, el honor, la dignidad y la honestidad, incluso de su propia madre, padre, hermanos, sacerdotes con ética comprobada, o individuos exitosos, de familias muy prósperas que manejan grandes sumas de dinero, de politicos, ministros y hasta del presidente que es un ejemplo de bondad, solidaridad y honestidad.
Todos parecen estar dispuestos a todo: el hambre por el dinero y la ambición de ser ricos no conocen límites ni compasión. Su avaricia va más allá de lo inimaginable.
Análisis
La reflexión de Luis Medrano expresa una profunda preocupación sobre cómo las redes sociales, que en un principio tenían la intención de crear vínculos y promover una convivencia positiva, han sido en gran medida instrumentos de violencia, irrespeto y individualismo extremo. La descripción de un entorno donde la avaricia y la ambición desmedida llevan a comportamientos destructivos evidencia la pérdida de valores éticos y humanos.
Este texto invita a la reflexión sobre la responsabilidad social, tanto de los que generan contenido como de la sociedad en general, para promover una cultura de respeto, empatía y honestidad. Además, resalta la gravedad del impacto que la búsqueda de riquezas y poder puede tener en la integridad moral de las personas, independientemente de su posición social.
