Escrito por Amelia Reyes
Si nos sentáramos a conversar sobre el rol de la comunicación digital en República Dominicana, necesitaríamos tiempo y una buena taza de café, porque el tema da para mucho más que una simple charla. Más que destacar su impacto, urge analizar el reto que enfrentan los sectores y organizaciones que dependen de ella.
Las estadísticas muestran el auge constante de los medios digitales como principal fuente de información para los usuarios, con un alto nivel de penetración e influencia en la sociedad. Sin embargo, la pregunta clave es: ¿qué pasa con la sostenibilidad de este crecimiento, su regulación y el desarrollo de un liderazgo que garantice el periodismo digital como un modelo viable?
Quienes ejercen o dirigen la comunicación digital no pueden limitarse a mantener una página web o administrar redes sociales. Se requiere una visión integral que fomente el pensamiento crítico, el uso ético de la información y la investigación objetiva. Además, es indispensable impulsar un proyecto de ley que regule este ecosistema, garantizando un entorno justo, inclusivo y seguro. Dicha legislación debe abordar la desinformación, proteger los derechos digitales y establecer límites a discursos que vulneren a los usuarios.
La comunicación digital es un ecosistema complejo que incluye interacción, difusión de información y estrategias comerciales. Los medios digitales deben dejar de ser vistos como meros complementos o sustitutos y convertirse en actores principales, con modelos de negocio sostenibles. El objetivo es crear una industria que no solo informe, sino que también eduque y empodere a los ciudadanos, dignificando a quienes la integran.
En este contexto, hay buenas noticias: la Sociedad Dominicana de Medios Digitales (Sodomedi) está a un paso de consolidarse como la primera entidad en promover la sostenibilidad del sector. Su desafío no solo es adaptarse a las nuevas tecnologías, sino también establecer normas que garanticen un entorno comunicacional organizado y respetuoso. Con sus acciones, Sodomedi reafirma su papel como cuarto poder en la era digital.