Con motivo de las celebraciones de fin de año, las autoridades y organismos de la sociedad civil hacen un llamado urgente a la conciencia y responsabilidad ciudadana para evitar la práctica de disparar armas de fuego al aire. Esta acción, aparentemente festiva, representa un grave peligro público. Una bala perdida que asciende, por efecto de la gravedad, retorna al suelo con fuerza letal, pudiendo causar la muerte o lesiones catastróficas a personas inocentes, convirtiendo una celebración en una tragedia permanente para familias enteras.
La verdadera alegría y el espíritu festivo se demuestran protegiendo la vida y respetando la seguridad colectiva. Se insta a la población a celebrar de manera pacífica, cuidando especialmente a los sectores más vulnerables como niños y adultos mayores, y a convertir estas fiestas en un momento de unión y responsabilidad comunitaria.
Desde el ámbito legal, se recuerda a la ciudadanía que esta conducta está severamente penada. Según el Código Penal Dominicano, reformado recientemente, los disparos al aire que causen una muerte son procesados como homicidio con dolo eventual, con penas que pueden alcanzar los 20 años de prisión, al considerar que el autor asume conscientemente el alto riesgo de su acción imprudente.
Adicionalmente, la Ley de Armas 631-16 sanciona este acto como un delito grave. Las consecuencias incluyen la cancelación de la licencia de portación, la incautación del arma, multas económicas y penas de prisión de hasta un año, incluso si no se produce una víctima. Para quienes porten un arma sin licencia, las sanciones son aún más severas. En línea con esta postura, la Ministra de Interior y Policía, Faride Raful, advirtió que se procederá a la incautación de toda arma de fuego que sea exhibida en público, aunque su portador cuente con los permisos correspondientes.
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