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Por: Raudy Cruz
Constanza es un lugar hermoso, reconocido por su clima excepcional y su capacidad para la producción agrícola. Sin embargo, algunas personas cuestionan la sostenibilidad de esta producción, señalando el uso de pesticidas y fertilizantes, y alertando sobre los efectos en la salud y el medio ambiente. Aun así, esta percepción a menudo surge del desconocimiento, ya que la agricultura en Constanza ha evolucionado hacia la inocuidad en las últimas décadas para convertirse en un modelo de sostenibilidad, con un enfoque en la protección de la salud humana y la conservación del entorno natural.
En el año 1991 mediante decreto 217-91 se prohibió la entrada al país de Clordano, Dieldrín, Endrín, Heptacloro y Hexaclorobenceno considerados (COP’s) que dio inicio a una urgente transformación en la forma de producir, pero el impulso definitivo para corregir esta anomalía técnica y de regulación se dio con la firma del Convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes (COP`s) que fue firmado en Estocolmo, Suecia el 22 de Mayo de 2001 y su objetivo principal es proteger la salud humana y el medio ambiente frente a los contaminantes orgánicos persistentes, de conformidad con el principio de precaución consagrado en el principio 15 de la Declaración de Río.
República Dominicana firmó el Convenio de Estocolmo y en diciembre de 2006, el Congreso Nacional ratificó su adherencia al mismo. Para el cumplimiento de este convenio nuestro país ha dado grandes pasos como lo fue el Plan de Reducción de contaminantes del Ambiente celebrada el 22 de octubre de 2008 en el cual nos comprometimos a reducir 12 de los más peligrosos Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP`s) como son: Aldrín, Dieldrín, Endrín, Clordano, Heptacloro, Hexaclorobenceno, Mirex, Taxofeno, DDT, Dioxinas, Furanos y compuesto de uso industrial PCBs.
Hoy podemos ver y disfrutar de los resultados de este esfuerzo en conjunto para producir alimentos de forma inocua. Estudios financiados por el Departamento de Agricultura de los EE.UU. afirma que el 97% de lo que producimos está libre de residuos de plaguicidas. Se tomaron 1,188 muestras y los resultados arrojaron que el riesgo de consumir frutas, hortalizas y vegetales con residuos de plaguicidas es de apenas un 3% por presentar algún residuo de plaguicida por encima del Límite Máximo Permitido (LMP), y que el 97% de las muestras analizadas estuvieron conforme con los parámetros técnicos recomendados y no evidenciaron la presencia de residuos de plaguicidas.
Un informe del Ministerio de Agricultura de Republica Dominicana señala que la prueba cumple con los requisitos del “Métodos de muestreo recomendados para la determinación de residuos de plaguicidas a efectos del cumplimiento de los LMR (CAC/GL 33-1999 y normas internacionales”.
En el caso de los fertilizantes, el nitrógeno es esencial para la vida en la Tierra, pero ciertamente en exceso es un contaminante que puede afectar a los cuerpos de agua. La gestión sostenible del nitrógeno se ha convertido en una prioridad y estamos enfocados en su uso sostenible lo que impacta de forma positiva la economía, la salud humana y el medio ambiente. La planificación técnica para la nutrición a partir de requerimientos del cultivo, análisis de suelo y foliar, nos permiten diseñar un programa de precisión para la aplicación de los fertilizantes, adicional a eso tenemos ya tecnología de última generación para fijar nitrógeno de forma natural en la planta, nos referimos a la bacteria endófita Methylobacterium symbioticum que fija nitrógeno atmosférico en el cultivo, durante todo su ciclo de crecimiento y ya la estamos usando en Constanza.
La Realidad de la Producción Agrícola en Constanza
El valle de Constanza no solo es un destino agroturístico de gran atractivo, sino que ha integrado prácticas agrícolas modernas que priorizan tanto la calidad de los alimentos como la protección del medio ambiente. Si bien el uso de fertilizantes y pesticidas es necesario para garantizar altos niveles de producción, los agricultores en Constanza están comprometidos con minimizar su impacto. Gracias a la tecnología y los avances científicos, los profesionales agrícolas en la región han adoptado prácticas que reducen considerablemente los riesgos asociados a la contaminación.
Hoy en día, «los pesticidas que se emplean en Constanza son mucho más seguros, en su mayoría clasificados como «banda verde», diseñados para ser de muy baja toxicidad, específicos para las plagas objetivos, minimizando así el impacto ambiental y protegiendo la biodiversidad». Esta clasificación responde a un sistema internacional que evalúa el nivel de toxicidad de los pesticidas según el color de la banda: verde para los más seguros, amarillo para los de riesgo moderado, y rojo para los altamente tóxicos. Los agricultores y agrónomos de Constanza han reducido a la minis expresión el uso de pesticidas de alto nivel de toxicidad, y han optado por productos biológicos y de menor impacto.
Continuará…
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