La comunidad baloncestística de San Francisco de Macorís se encuentra consternada tras el repentino fallecimiento del destacado entrenador Gustavo Rodríguez Sánchez, cuya partida ha sumido en profundo dolor a cientos de niños y jóvenes que recibieron su guía en el ámbito deportivo.
Rodríguez Sánchez dedicó gran parte de su vida al desarrollo del baloncesto formativo, dejando un legado significativo en equipos como el club San Vicente de Paúl, donde dirigió las categorías menores y cosechó numerosos triunfos. Asimismo, fue técnico principal del club Hermanas Mirabal, formando a múltiples atletas que hoy forman parte de equipos de la liga superior francomacorisana.
Durante su sepelio, realizado en su residencia familiar ubicada detrás del liceo viejo en la calle Gastón F. Deligne, cientos de jóvenes y colegas desfilaron para rendirle un último homenaje, evidenciando el impacto de su labor en la comunidad.
El profesor Pedro Emilio Reyes, asesor del club San Vicente, destacó la invaluable contribución de Rodríguez al baloncesto local, calificándolo como uno de los mejores entrenadores en la formación de jóvenes talentos. «Tavo, como se le conocía popularmente, demostró una vocación de servicio incuestionable, basada en el trabajo arduo, la honestidad y, sobre todo, el respeto hacia sus atletas», expresó Reyes.
Además, resaltó su carácter altruista: «Nunca cobró por sus servicios en el club San Vicente; lo hacía por amor al deporte y a la juventud. Era un apasionado del baloncesto y un ser humano excepcional».
La pérdida de Gustavo Rodríguez deja un vacío en el baloncesto francomacorisano, pero su legado perdurará en las generaciones que formó y en las instituciones que fortaleció con su dedicación.
Pie de foto: Gustavo Rodríguez, recordado por su invaluable aporte al baloncesto formativo.
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