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La Escuela Olvidada y los Maestros Sin Voz: El Magisterio Huérfano del MINERD y la ADP

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Hoy la educación dominicana vuelve a estremecerse ante un hecho que jamás debió ocurrir: la maestra Darlénys Cordero, herida de arma blanca mientras intentaba detener una pelea entre dos estudiantes en una escuela de Sabana de la Mar. Su sangre cayó en el mismo suelo donde cada día siembra conocimientos, paciencia y esperanza. Esa herida, más que física, es una herida moral que atraviesa a todo el sistema educativo.

Una Tragedia Nacional

Esta no es solo la tragedia de una docente. Es la tragedia de una nación que ha permitido que la violencia se instale en las aulas como un actor más. Es el reflejo de un entorno donde el magisterio entra a trabajar sin garantías, sin protección efectiva y, muchas veces, sin la certeza de regresar a casa sano y salvo.

El Silencio que Duele

Pero lo más doloroso no termina ahí. Lo más desgarrador es el silencio. Un silencio que pesa, que acusa y que lastima. Ni el Ministerio de Educación ni la ADP han levantado la voz con la firmeza que este caso exige. No ha habido pronunciamiento inmediato, ni defensa pública, ni un mínimo acto de solidaridad institucional.

El Abandono Institucional

Ese silencio oficial se siente como abandono. Como una negación. Como una renuncia moral a la responsabilidad de velar por quienes sostienen la educación con su entrega cotidiana. Hoy, con el corazón apretado y la conciencia despierta, podemos creer, sentir y decir sin miedo a equivocarnos que estamos huérfanos. Huérfanos de autoridades gremiales. Huérfanos de autoridades institucionales. Huérfanos de un Estado que debería proteger a sus maestros y maestras como el tesoro humano más valioso del sistema educativo.

La Amarga Realidad

Porque cuando una maestra es herida y las autoridades callan, se confirma una amarga verdad: que el compromiso proclamado no se traduce en acciones, y que la defensa del docente parece depender más de la voluntad individual que del deber institucional. Hoy fue Darlenys Cordero, de la Escuela Primaria Catarey Adentro del sector El Almendro, municipio Sabana de la Mar, provincia Hato Mayor del Rey. Mañana puede ser cualquier otro docente de la República Dominicana, si las autoridades siguen cegadas ante nuestra realidad.

Desde nuestras escuelas y liceos seguimos cumpliendo, seguimos guiando, seguimos apostando por la educación, pero lo hacemos con la amarga sensación de caminar solos, expuestos, sin el respaldo que merecemos. Este hecho debe ser un llamado urgente no solo a la reflexión, sino a la acción para que nunca más un maestro tenga que caer o sangrar para que se comprenda la gravedad de lo que ocurre en nuestros centros educativos.

La docencia merece respeto.
La docencia merece protección.
La docencia merece ser defendida.


El autor es Coordinador Pedagógico, Liceo en Artes Eugenio María de Hostos.
Director, Liceo Nocturno Felipe Soriano Bello PREPARA.

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