En el corazón de la República Dominicana, donde las montañas de Constanza envuelven a sus habitantes en un clima fresco y acogedor, hay una tradición que endulza la Semana Santa: los postres de habichuelas con dulce y maíz con dulce. Dos delicias que no solo alimentan el cuerpo, sino también el alma, conectando generaciones en torno a la mesa familiar.

Un Legado que Endulza el Paladar
- Las habichuelas con dulce, un postre único en el mundo, combinan suaves habichuelas rojas con leche, azúcar, especias y trozos de batata, creando una mezcla sedosa y aromática.
- El maíz con dulce, por su parte, lleva granos de maíz tierno cocidos en leche, endulzados con canela y clavos, ofreciendo una textura reconfortante y un sabor que evoca nostalgia.
Estas recetas, transmitidas de abuelas a nietos, son más que postres: son símbolos de identidad y fe durante la Cuaresma.
Curiosidades que Endulzan la Historia
- ¿Sabías que las habichuelas con dulce se preparaban originalmente para aprovechar los ingredientes disponibles en la Cuaresma, cuando el consumo de carne era limitado?
- El maíz con dulce tiene raíces indígenas y coloniales, fusionando el maíz autóctono con las especias traídas por los españoles.
En un mundo que cambia rápido, estos sabores siguen siendo un dulce recordatorio de quiénes somos.