Por José Zabala, creador de contenidos
Santo Domingo, RD – La reciente medida del INTRANT que prohíbe giros a la izquierda en puntos estratégicos de la capital ha generado un intenso debate entre autoridades, expertos y ciudadanos. Mientras las instituciones defienden su carácter técnico para mejorar la movilidad, muchos residentes reportan frustración por su implementación.
Contexto institucional
- INTRANT: Ente rector que planifica y regula el transporte terrestre, con el objetivo de reducir congestionamientos y mejorar la seguridad vial.
- DIGESETT: Órgano encargado de fiscalizar el cumplimiento de las normas de tránsito.
Fundamento de la medida
Según el INTRANT, la prohibición busca:
✓ Optimizar el flujo vehicular en avenidas críticas.
✓ Minimizar accidentes en intersecciones peligrosas.
✓ Reducir tiempos de desplazamiento.
«No es un invento, es para perder menos tiempo en tapones», afirmó la institución.
Voces expertas: Entre lo técnico y lo social
Especialistas en movilidad urbana reconocen la efectividad potencial de la medida, pero advierten requisitos clave:
- Señalización clara y suficiente.
- Campañas educativas previas.
- Alternativas de rutas accesibles.
Psicólogos y sociólogos alertan sobre impactos colaterales:
- Aumento de estrés y ansiedad por desorientación.
- Percepción de imposición sin consulta ciudadana.
La ciudadanía habla: Reacciones divididas
Testimonios recogidos en calles reflejan:
- «Ahora debo dar rodeos innecesarios» (Conductor, Av. 27 de Febrero).
- «Falta información; esto genera caos» (Madre que traslada hijos al colegio).
- «La idea no es mala, pero la ejecución es confusa» (Automovilista).
Logros y limitaciones
Lo que resuelve:
- Agiliza el tránsito en corredores prioritarios.
- Reduce puntos de conflicto vehicular.
Lo que no aborda:
- Déficit crónico de educación vial.
- Insuficiente señalización y opciones alternas.
- Estrés emocional por cambios abruptos.
Conclusión: Hacia una movilidad integral
Para que la medida cumpla sus objetivos sin sacrificar el bienestar ciudadano, se requiere:
- Comunicación efectiva: Guías visuales y campañas pedagógicas.
- Empatía institucional: Espacios para escuchar y ajustar según realidades locales.
- Soluciones complementarias: Mejoras en transporte público y diseño urbano.
La movilidad sostenible no solo exige regulaciones, sino también coherencia entre lo técnico y lo humano.