El “pie diabético” es una complicación que puede surgir en personas con diabetes y que, si no se trata a tiempo, puede tener consecuencias graves, incluso la amputación. Se origina principalmente por dos factores: la neuropatía diabética, que es la pérdida de sensibilidad en los pies, y la mala circulación sanguínea, que disminuye la capacidad del cuerpo para sanar adecuadamente las heridas. Esta combinación hace que pequeños cortes, ampollas o rozaduras pasen desapercibidos y puedan evolucionar en infecciones severas.
Para prevenir el pie diabético, existen recomendaciones clave que ayudan a reducir riesgos:
1. Revisión Diaria: Es esencial revisar los pies todos los días, buscando enrojecimientos, cortes, ampollas o cambios de color. Si la persona tiene dificultad para revisar sus pies, puede ayudarse con un espejo o pedir ayuda a otra persona.
2. Higiene y Humectación: Lavar los pies con agua tibia y jabón neutro, y secarlos bien, especialmente entre los dedos, es fundamental. Aplicar una crema humectante en el pie (evitando el espacio entre los dedos) ayuda a mantener la piel suave y a evitar fisuras.
3. Uso de Calzado Adecuado: El calzado debe ser cómodo, amplio y sin costuras internas que puedan rozar. También es aconsejable usar calcetines de algodón sin costuras y cambiar el calzado con regularidad.
4. Corte de Uñas Cuidadoso: Cortar las uñas de los pies de forma recta y con mucho cuidado para evitar que se encarnen o que se produzcan heridas.
5. Control Regular con un Especialista: Visitar periódicamente a un podólogo o a un especialista en cuidado del pie ayuda a detectar problemas tempranos y recibir el cuidado adecuado.
“Controlar la glucosa en sangre es fundamental para reducir el riesgo de neuropatía y problemas circulatorios. El cuidado diario y las visitas médicas preventivas son esenciales para proteger los pies y evitar complicaciones que pueden impactar de forma significativa la calidad de vida”.